NUESTRA FE A PRUEBA

Cuando aún estábamos en el colegio, los profesores nos daban clases, de matemáticas, lenguaje o lo que ahora llaman, comunicación, etc. Ellos nos enseñaban y después de un tiempo, dábamos examen o prueba, para saber si habíamos aprendido, y claro que nos colocaban la nota según nuestros logros.

Hoy ya no estamos en el colegio, pero sin embargo somos probados con exámenes y pruebas, no de matemática, ni de cualquier otra asignatura; sino más bien, de nuestra fe.

Cada día en el templo o en nuestro hogar, al momento de leer la Biblia, o al escuchar una predica por la radio; aprendemos a cerca de la fe. Entonces si todos los días aprendemos algo con respecto a la fe, es lógico que se venga el tiempo de la prueba, y así como nuestros profesores nos daban un tiempo límite para poder responder el examen, así también la prueba de nuestra fe dura solo un tiempo. Ahora, al finalizar la prueba nos preguntamos, ¿cuál sería nuestra nota?.

Para empezar debemos conocer la definición de la FE, y para esto recurrimos, por supuesto, a la Biblia:

"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve". (Hebreos 11.1)

Que podremos decir, al respecto; que podremos explicar. El texto es tan claro, que no tiene necesidad de explicación. Sentirse seguro de recibir lo que se está esperando, aún cuando no lo vemos venir y no hubiese ni siquiera la mínima idea de cómo llegará a nosotros. Eso es FE.

Pero claro, muchos de nosotros sabemos de memoria este versículo; pero acaso solo es cuestión de tenerlo grabado así como cuando sabemos que después de un lunes, viene un martes; o será que tenemos que ponerla por obra, pues como recordamos la fe sin obras es muerta.

Pues bien, teniendo el concepto y la aptitud de practicarla, vamos a la prueba. Y para esto recordamos a Pedro, quien teniendo la orden de Jesús, de caminar sobre las aguas, se hundió.

¿Pedro? Si, el mismo Pedro que vio a Jesús hacer tantas maravillas y prodigios, y que por cierto ya había, por mandato de Jesús, hecho él mismo varias sanidades y milagros; temer y dudar al verse rodeado de fuertes vientos, a pesar de tener cerca al maestro. Claro que hablamos de un Pedro, el cual aun no había recibido la llenura del Espíritu Santo. Pero podemos identificarnos con él cuando estamos rodeados de pruebas y luchas.

¡Exacto! A muchos aun les falta eso, la llenura del Espíritu Santo. Y si ya sabes lo que necesitas, qué esperas para pedírselo a Dios.

Ahora entendemos que FE puede tener cualquiera, pero si decimos que tenemos FE, preparémonos a recibir la prueba...
Algunos grandes ejemplos de personas que fueron probados en su FE, que encontramos en la Biblia son los siervos de Dios: Abraham, José, Moisés, Job, y David.
Y aunque ya tenemos la referencia de lo que Dios hizo con ellos, tomaremos a este último, osea a David, para saber o más aun preparar nuestra FE para el tiempo de la prueba.

DAVID, uno de los escritores del libro de SALMOS, pasó por innumerables pruebas, conflictos, angustias, dolores, enfermedades, guerras, decepciones, y más los cuales muchos de estos sentimientos y acontecimientos no los encontramos en los libros de Samuel, Reyes o Crónicas; sino que mas bien son de alguna forma mencionado en sus salmos.
Pero ¿a que nos ayuda esto?. Pues el hecho de conocerlo casi en nada, pero si tomamos la Palabra de Dios y leemos estos salmos, notamos que en los 75 salmos que él escribió TODOS tienen el mismo esquema: PRUEBA Y FE!!!
Prueba, por que menciona o nos muestra el momento de su aflicción, dolor, enfermedad y opresión. Y
FE, por que a pesar de lo mal que lo podía estar pasando en aquel momento de prueba, SIEMPRE confiaba en Dios, y en la victoria que le daría.

Por eso para ti que estás pasando momentos difíciles, de dolor, enfermedad, angustia, soledad, tristeza, tragedia, o mejor dicho momentos de prueba; CONFÍA EN DIOS, tu prueba no durará para siempre, Él te dará la victoria. Si estás enfermo, sanarás. Si tienes problemas, serán solucionados. Si estas afligido, estarás gozoso. Ten animo. Esfuérzate y sé muy valiente, para afrontar la prueba y esperar la victoria. No importa cuan difícil o imposible sea para los hombres. Para Dios todo es posible. El puede construir lo que alguna vez se destruyó, y destruir aquello que te aflige.

Si creías tener FE, es ahora cuando es necesario que todo lo que has aprendido acerca de la FE lo pongas en práctica.

Dios te bendiga y guarde. 

Y si eres maestro de Escuela de Niños, aquí te dejamos la lección del tema para niños. Da click aquí.

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